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En los tres meses de vida de este proyecto de marca personal he escrito más de 40.000 palabras en artículos, y 22.000 más en las newsletters.
Básicamente, lo que viene siendo una novela.
Y muchos me preguntan cómo soy capaz de mantener ese nivel de producción.
Así que creo que es momento de explicarte el sistema que me permite escribir artículos de blog regularmente. Y lo que no son artículos de blog.
Si tienes miedo a la hoja en blanco o dudas de si empezar o no con un blog propio porque crees que vas a echar mil horas en ello… igual te interesa.
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🔷 Lo que debes hacer antes de escribir
Si quieres tener un blog para ganar visibilidad para tu marca o tu negocio, lo primero es saber de qué quieres hablar.
Si lo quieres para ir contando tus historias, también.
Y visibilidad es salir allá donde los usuarios puedan buscar tu contenido.
Bien. Para intentar salir en los primeros resultados en la búsqueda de Google de ciertas frases o expresiones, el paso previo es hacer es un estudio de palabras clave.
También se llama keyword research. Básicamente se trata de estudiar qué buscan los usuarios de los temas de los que quieres hablar, para tener una idea de cómo funciona el mundo digital con esos temas.
No me voy a detener en eso, porque este post va de la parte ejecutiva.
Pero debes tener claros los temas de los que vas a hablar. Es la mejor garantía contra el miedo a un folio en blanco, una fuente inagotable de cosas sobre las que escribir.
¿Y cómo se consigue una fuente inagotable de temas?
Además de con el estudio de palabras clave, viviendo pegado a un documento (físico o digital) que te permita registrar cada idea que tengas, en cualquier momento y lugar.
Yo empecé con un Google Sheets (el Excel de Google), que podía actualizar en cualquier momento y en cualquier lugar desde mi teléfono.
Ahora mismo utilizo Airtable, una aplicación web que te permite gestionar bases de datos y además relacionarlas entre sí con mucha más comodidad que Excel.
También tiene su app para móvil, y me permite alternar fácilmente entre la “lista de cosas sobre lo que escribir” y la vista de tipo calendario.
En realidad Airtable es prácticamente mi segundo cerebro, pero eso ya te lo explico otro día.
En el espacio de Airtable apunto cada idea, con qué concepto/autor/vídeo/libro se relaciona, y en qué plataforma podría hablar de ella.
Es decir, si será un artículo del blog, hablaré de ello en la newsletter, se irá a twitter o Instagram…
De esta manera tengo una fuente de ideas que siempre está en movimiento y que evita que no sepa de qué escribir, aniquilando mi motivación por el proyecto.
Lo peor de escribir es cuando no sabes de qué.
Y la única forma d que no te pase es con un buen trabajo previo, descubriendo en tu día a día esas cosas de las que quieres hablar.
🔷 Escribir son tres procesos: vomitar, re-estructurar y repasar
Ahora que ya tienes el tema, llegamos al meollo: ¿cómo consigo escribir si no se me da bien escribir?
Bueno, dos cosas de cajón: para escribir bien tendrás que escribir mucho con regularidad, y leer mucho con regularidad.
Además de saber teclear a una velocidad ágil. Pero eso también se practica.
Bien, eso son requisitos técnicos.
Tenemos el tema, y una cierta capacidad de pasar de idea a palabras, vale.
Toca diseñar un poco la estructura.
Cuando se escribe en un blog es importante que tengas cierta finalidad, un objetivo. Escribes para trasladar una información, y debes poner cuidado en que las partes del artículo sean coherentes entre sí.
Cuando se escribe en un blog o en cualquier otro sitio también es importante que quien te vaya a leer disfrute de la lectura porque “das” eso que “prometes” en el título, o con tu marca en general.
Así que no titules un post como “Las mejores rutas de montaña en León” y te pongas a hablar de paella.
No cuadra, está feo y la gente no volverá a leerte.
Bien.
También debes tener en cuenta la longitud del texto cuando planees la estructura.
Cuando escribes artículos de una longitud estándar (1500 – 2000 palabras, por ejemplo), es útil tener en mente la estructura de lo que vas a contar para que no te vayas por las ramas y el sentido se mantenga a lo largo de toda la pieza.
A todos nos ha pasado: a lo mejor en 300 palabras abarcas una idea concreta, pero cuanto más largo es el artículo, más tendemos a explayarnos.
En mi caso, me han venido siempre muy bien los años que trabajé redactando artículos para otras webs desde una perspectiva SEO.
Vamos, que con la práctica no necesito medir ni controlar el contador de palabras, y puedo estimar más o menos lo largo que será un post y cómo lo voy a organizar.
Bueno, y ahora que ya sé escribir, teclear, de qué voy a hablar y más o menos cómo voy a estructurarlo, ¿qué hago?
Pues ahora, escribes.
🔹 El sistema de tres borradores
Mira, la estructura que te has planteado antes de escribir debe ser únicamente orientativa.
No los títulos y subtítulos, y menos si los has preparado en base a un keyword research.
Pero todo proyecto creativo coge vida propia y a veces resulta más natural salirse un poco del guión.
Recuerda: si te centras solamente en que cumpla con la estructura, estarás dejando lo bueno de leerte a un esquema; te estarás limitando.
Aquí lo que importa es que escribas algo que merezca la pena ser leído.
Dicho esto, te pones a escribir.
Yo me baso en un sistema de tres borradores.
El primer borrador: En este escribo del tirón todo el artículo.
Vomito todo lo que venía a contar, sin despistarme demasiado de la estructura, pero tal y como tiene sentido en mi cabeza.
No me preocupo de haberme comido una letra, ni siquiera una idea.
Voy y escribo del tirón.
Algunas veces me doy cuenta de que debo cambiar la estructura, por ejemplo, y “partir” los artículos o separar varios temas. No pasa nada. Cero drama.
Recalculo lo que va a contener este y paso a mi Airtable lo que va a tener la parte 2.
Cuando he terminado, “dejo dormir” el texto.
No tiene que ser esperar al día siguiente siempre, pero suelo esperar unas horas y entonces paso al segundo borrador.
Así consigo estar más fresca para comprobar en una lectura rápida que el texto mantiene un orden y una coherencia.
Si hay que hacer algún cambio drástico y no lo he hecho antes, lo hago aquí. Reescribo párrafos enteros, desarrollo algunas ideas que se han quedado más cortas.
Borro sin piedad cosas con las que me enrollo, y así.
Ahora le toca el turno al tercer borrador.
Esta es la revisión del final. Cuestiones de sonoridad, ritmo y errores al teclear, van aquí. Y si hay algún tema de negritas, también.
Después de este tercer envite suelo tener el texto definitivo, así que el apartado de producción está listo.
🔷 La post-producción: ¿cuándo está acabado un artículo?
Verás, escribir el texto es uno de los pasos al escribir un artículo para un blog, pero no el último.
Verás que muchos artículos de blog por ahí tienen un montón de imágenes, o están maquetados de tal manera que el diseño contrasta ciertas partes entre sí o ameniza la lectura…
Todas esas cosas son para mí “post-producción”. La imagen de cabecera de los artículos, por ejemplo.
Vale, pero estábamos con el artículo escrito en su último borrador. Pues ahora lo paso de Word a la web, y me pongo con las cosas de estilo.
Ahí edito las negritas de nuevo, el diseño, los enlaces del artículo… y lo que necesite.
De hecho, es una tarea tan repetitiva que he preparado una checklist en Airtable para asegurarme de que en todos los artículos hago todo lo que debo hacer.
Concretamente, en su fase de post-producción, es esta.
Y una vez he completado todo lo que corresponde a post-producción, le doy un repaso más y programo la entrada para el día que saldrá publicada.
Luego preparo los textos o “copys” para las redes sociales, programo twitter y dejo preparadas las publicaciones de otras redes.
También programo la newsletter que habla de ese post, cambio el estado de la publicación de “escribiendo” a “programado” en Airtable… y listo.
Mira, lo más importante que te puedo contar para que tengas un sistema de producción de artículos cómodo, además de que escribas sobre algo que te encante, es que debes tener en mente el trabajo que ahorra hacerlo:
a) sabiendo de qué vas a escribir, y
b) escribiendo sin preocuparte de lo que saldrá, que ya habrá tiempo de editar en el segundo y tercer borrador, y las siguientes lecturas.
Si te centras en escribir el artículo perfecto para tu blog, no escribirás nunca nada que merezca la pena leer.
Escribe siempre desde el respeto al lector, pero olvida la idea de que debes crear obras maestras cada vez que publicas algo.
Es más probable que en 50 artículos haya alguno bueno, que tener la suerte de que el único que escribas esté perfecto. Y ya no te digo si nunca lo llegas a publicar…
Escribe. Publica, comunica.
Así, poco a poco, irás aprendiendo a leer qué le gusta a quien te lee y afinando con los temas para que tu blog siga creciendo.
Espero haberte sido de ayuda.
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Nos leemos 😉